Dice un antiguo proverbio
árabe:"Los hombres son dueños de sus silencios y esclavos de sus palabras”.
Esta frase, que
tiene algunas variables y orígenes inciertos; me ha venido hoy a la memoria al
escuchar unas declaraciones del ministro del interior Sr Jorge Fernandez Díaz a
quien respetuosamente me gustaría hacer reflexionar.
Todo el mundo
sabe que los políticos deben decir en cada momento lo que conviene que la ciudadanía
escuche y, sobre todo, lo que le interesa al partido al que representan.
Hoy el bueno de
Don Jorge, hombre de larga trayectoria política y reconocida ética y moral (es miembro declarado del Opus Dei) nos ha
dicho que el gobierno no necesita verificadores internacionales, en relación a
la disolución de ETA porque para eso ya tiene a la guardia civil y a la policía
nacional, y ha añadido:” La política del Gobierno en relación con ETA es
muy clara, y además ahora la posición viene acompañada por el Congreso, exigimos su disolución incondicional. El
Gobierno ni ha negociado,
ni negocia, ni negociará
jamás con ETA".
Ciertamente debe haber tenido un lapsus de
memoria y no recuerda las conversaciones de Argel bajo el gobierno de Felipe González
o las de Zúrich durante el mandato de José Mª Aznar. por citar las más
relevantes y da por hecho que nadie recuerda las palabras pronunciadas y
escritas por sus antecesores en el ministerio, entre ellos casualmente Mariano Rajoy.
Debe ser que la memoria es selectiva. Sin embargo es bueno tener presente que
esa memoria es una facultad que incide directamente en el proceso de
comunicación.
A Nelson Mandela, premio Nobel de la paz;
le preguntaban sobre negociaciones con grupos armados enemigos y él respondía “No
se me ocurre otra posibilidad pacifica que hablar con los enemigos, hacerlo
solo con los amigos no tiene sentido para alcanzar la paz.
Por otra parte, uno que ya tiene una edad,
recuerda que el generalísimo Franco cuando algún colaborador le sugería que
aclarara alguna decisión difícil de
entender por el pueblo solía responder ”Ya
lo entienden ya, y si no para eso
tenemos a la guardia civil”
Es imprescindible ser consecuente con
nuestras palabras y recordar honestamente las de los que nos han precedido. La historia,
en el fondo, recoge aquello que en su momento fue comunicación entre personas,
pueblos y sociedades.
Estas consideraciones las hago desde la óptica
de la comunicación y sin emitir juicio de valor alguno que dejo para el lector
pero resulta bastante claro que los políticos, en este caso por su proyección pública
y mediática y por su responsabilidad, pero también el resto de personas sea
cual sea su ámbito de influencia deben ser conscientes de lo que dicen pues habrán
de responder de ello más o menos tarde y, en ocasiones mantener silencios que
pueden ser mas provechosos.
Claro que en este caso volvemos a un proverbio
dicen que de origen chino que afirma: “Si todos los que hablan supieran de lo
que hablan un silencio sepulcral se abatiría sobre la tierra”
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