viernes, 20 de abril de 2012

Expresión versus manipulación

Hoy querría referirme a aspectos de la expresión  oral y no verbal que hacen que debamos valorar los resultados de nuestras  intervenciones  en función de nuestros objetivos.

En ocasiones se pone de manifiesto el deseo del orador de conseguir una acción determinada por parte de los oyentes y en otras se consigue todo lo contrario.

El político británico Benjamín Disraeli afirmaba: “A los pueblos se les gobierna con la palabra” i es cierto que podemos informar, convercer, persuadir, motivar  y, además, en ocasiones manipular.

La historia nos da muchos ejemplos de ello. Discursos de Hitler o de Fidel Castro por citar dos de signos ideológicos totalmente diferentes.

En la actualidad y en nuestro país se da, cada vez con mayor frecuencia, el uso de la palabra como elemento manipulador, ya sea por cobardía a llamar a las cosa por su nombre o por demagogia partidista.

 Las personas no son tontas y viene aquí a cuento la frase a atribuida a: John Fitzgerald Kennedy: “Se puede engañar a todos poco tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo.”

Los ciudadanos; trabajadores  asalariados, profesionales liberales, autónomos, parados, pensionistas, empresarios e incluso muchos políticos van perdiendo la confianza en palabras vacías, promesas que no se pueden cumplir, realidades dichas a medias y conceptos carentes de valor.

Hoy no se puede ocultar la realidad y ahora más que nunca se espera que aquellos que tienen la opción de hablar y expresarse sean sinceros y obvien sus intereses personales  a favor del bien común.

En caso contrario la respuesta será la desilusión y el desencanto, la apatía y el desanimo cuando no la indignación que llegada a un cierto punto será difícil de controlar.

Acabo con una esperanza,la de que aquellos que pueden no caigan en tentaciones manipuladoras como se dan un video que tal vez es diicil de encontrar :EL DISCURSO DE MARCO ANTONIO de la pelicula Julio Cesar (1953) y cuyo texto reproduzco aqui.

¡Amigos, romanos, compatriotas, prestadme atención! ¡Vengoo a inhumar a César, no a ensalzarle! ¡El mal que hacen los hombres les sobrevive! ¡El bien queda frecuentemente sepultado con sus huesos! ¡Sea así César! El noble Bruto os ha dicho que César era ambicioso. Si lo fue, era la suya una falta, y gravemente lo ha pagado. Con la venia de Bruto y los demás -pues Bruto es un hombre honrado, como son todos ellos, hombres todos honrados- vengo a hablar en el funeral de César. Era mi amigo, para mi leal y sincero, pero Bruto dice que era ambicioso, y Bruto es un hombre honrado.

Infinitos cautivos trajo a Roma, cuyos rescates llenaron el Tesoro Público. ¿Parecía esto ambición en César? Siempre que los pobres dejaban oir su voz lastimera, César lloraba. ¡ La ambición debería ser de una sustancia más dura! No obstante, Bruto dice que era ambicioso, y Bruto es un hombre honrado.

Todos vísteis que en las Lupercales, le presenté tres veces una corona real,  y la rechazó tres veces. ¿Era esto ambición? No obstante, Bruto dice que era ambicioso, y, ciertamente es un hombre honrado, ¡No hablo para desaprobar lo que Bruto habló! ¡Pero estoy aquí, para decir lo que sé! Todos le amasteis alguna vez y sin causa ¿Que razón entonces, os detiene ahora para llevarle luto? ¡Oh raciocinio!, ¡has ido a buscar asilo en los irracionales, pues los hombres han perdido la razón! ¡Toleradme! ¡Mi corazón está ahí, en ese féretro, con César, y he de detenerme hasta que torne a mí!


    

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